Cuando el número de un tipo de microalgas unicelulares llamado dinoflagelados se hace muy numeroso cerca de la costa, estas pueden teñir el agua de un color marrón-rojizo, creando las llamadas mareas rojas.
Algunas especies de estas algas también producen bioluminiscencia(emiten luz) y cuando la noche cae sobre las playas, las algas hacen que las aguas poco profundas adquieran un brillante tono azul eléctrico.
En mar abierto, los dinoflagelados usan la bioluminiscencia como una especie de alarma contra intrusos; cuando se les molesta, se encienden, creando una estela brillante.
Esta señal silenciosa avisa a los depredadores que están por encima del merodeador en la cadena trófica de su presencia. Y luego ya sabéis… el pez grande se come al chico y de paso el dinoflagelado salva el pellejo. Sus luces vienen a ser el equivalente al grito de “al ladrón”.
